Con gol de Pablo Bueno, Almirante le ganó 1 a 0 al Quemero y sigue aferrado a la ilusión de clasificarse al cuadrangular por el quinto ascenso. La victoria aurinegra, además, le permitió ascender a Atlanta y a Riestra.
Almirante Brown sigue vivo. Aun tiene chances de meterse en el Reducido. Y eso solo, cuando apenas faltan dos fechas, es un hecho para destacar. Porque hace no mucho, luego del pésimo arranque en la segunda vuelta, el objetivo pasaba por rasguñar puntitos para escaparse del descenso.
Pero el Mirasol cambió su cara desde la llegada de Raúl Cardozo a la dirección técnica, hace nueve partidos. Se transformó en un equipo aguerrido que nunca baja los brazos. Así fue escalando posiciones en la tabla. Y así le ganó en la noche de este lunes a Acassuso, en cancha de Italiano, en un encuentro que tenía todos los ingredientes de una final.
Fue 1 a 0, con gol de Pablo Bueno, a los 24 minutos del segundo tiempo, en un choque muy disputado en el que el Mirasol prevaleció por sus ganas de ir a buscar a la victoria cuando el marcador estaba igualado y por la fiereza a la hora de defender, cuando se puso en ventaja.
Con estos tres puntos, el conjunto aurinegro se mantiene expectante en la tabla de posiciones. Sabiendo que está obligado a ganar los dos partidos que le faltan ante dos rivales directos (Flandria, en Casanova, y UAI Urquiza, como visitante) y a esperar tropiezos de Colegiales y All Boys.
La victoria de Almirante, además, dejó sin chances a Acassuso de ascender de manera directa y le permitió festejar a Atlanta y a Riestra, quienes se sumaron a Barracas Central y Estudiantes de Buenos Aires, los equipos que ya habían dado el salto a la B Nacional.
Se anima a soñar Almirante. No tiene margen de error, es cierto. Pero tiene un corazón enorme. Y eso lo mantiene vivo.
Foto: Prensa Almirante Brown
Fuente: El1Digital
